El programa de la maestría ha contribuido en mi formación como persona y profesional. La propuesta académica, los espacios de discusión, y los encuentros con profesionales internacionales, que comparten el interés por la clínica psicoanalítica, me han permitido seguir desarrollando competencias de evaluación diagnóstica e intervención dentro de este marco teórico. Al mismo tiempo, es en esos espacios que he podido establecer también un intercambio valioso entre colegas y compañeros de maestría; los cuales trascienden el espacio académico y continúan aportando a mi crecimiento. Por último, ha sido enriquecedor descubrir formas de investigación dentro del psicoanálisis, como una manera organizada, confiable y rigurosa de aproximarse a aquello que acontece en la práctica analítica.

Podría describir mi experiencia estudiando la maestría en Intervención Clínica Psicoanalítica como un proceso de aprendizaje de largo aliento, exigente y complejo, pero a la vez sumamente enriquecedor y significativo; tanto a nivel académico como personal. La posibilidad de nutrir mi práctica psicoterapéutica desde los ámbitos teórico, clínico e investigativo, en compañía de excelentes y diversos profesores y supervisores, ha sido invaluable. Esto no sólo me ha brindado la oportunidad de continuar reflexionando sobre el lugar que ocupo como terapeuta psicoanalítico, sino también de complementarlo y afinarlo a partir del diálogo con otras miradas y disciplinas; en mi caso, desde los estudios de género.