11 de mayo de 2022
La Dra. Susana Reisz resalta que lo que más destaca en su experiencia como docente en nuestra Escuela de Posgrado PUCP es el interés y el esfuerzo de los estudiantes, y cómo muchos de ellos tienen que trabajar duro para poder costearse los estudios.
La Dra. Reisz nos comentó que al principio ella era una de las dos profesoras mujeres que había en el departamento, pues todos eran hombres, eran ellos quienes tenían voz y voto, “eran los que gobernaban.” La Dra. Reisz expresó que en esos años ni se les pasaba por la cabeza que una mujer pudiera tener un cargo en el gobierno. Sin embargo, completamente diferente fue su experiencia cuando volvió después de haber trabajado 20 años en la universidad de la ciudad de Nueva York. Sus antiguos colegas del Departamento de Literatura PUCP la invitaron a que dictara clases de tal manera que se reintegró hasta cierto punto en la carrera de Literatura y estando ya en esa situación la nombraron decana. La Dra. Reisz comenta que fue una absoluta sorpresa, porque ella no venía con ninguna intención de ser autoridad, ni siquiera de conseguir un trabajo en Perú.
Susana nos explicó que a lo largo de su vida, ha sido muy poco inclinada a trabajar en grupos de investigación, y más bien ha trabajado de manera solitaria, “porque a eso te inclina en buena medida una carrera como la de literatura, se trata de leer y escribir sobre lo que lees, y no es tan fácil escribir a dúo o en trío, requiere toda una metodología”, expresó. No obstante, sí está en un grupo de investigación, que está en parte financiado por el Gobierno Español, y es un estudio multi e interdisciplinario, sobre la violencia de todo tipo contra la mujer, no solo la física, sino muy particularmente la violencia simbólica. La doctora nos explicó que ello se trataba de distintas formas de violencia que no consiste solo en golpes, sino, es un tipo de conducta que tiene como resultado que las mujeres pierdan seguridad y tengan que esforzarse bastante para que sus logros sean celebrados de la misma manera que los logros académicos de los hombres.
Asimismo, nos contó que lo ha sufrido a lo largo de su vida, sobre todo cuando era más joven. Siempre tenía más peso la palabra del hombre que la palabra de la mujer. Era prácticamente un hábito que en la clases quienes intervinieran, y dialogaran con el profesor, fueran los hombres. Las mujeres permanecían calladas, porque de una manera o de otra, se les hacía sentir que lo que iban a decir no iba a ser tan importante, comentó la profesora.
El proyecto trata de investigar todas las variantes de violencia, de discriminación, de limitación, en el desarrollo de la carrera, que tienen que confrontar las mujeres, tanto profesoras como estudiantes. La doctora nos contó que desde pequeña se preguntaba, por qué son las mujeres de su familia las que atienden, las que se ocupan de la cocina y de los quehaceres del hogar mientras los hombres están sentados. “Me ha dado bastante más trabajo que a los hombres de mi familia poder llegar a lo que he llegado, poder triunfar. En el sentido de ser una académica, tener un trabajo razonablemente bueno y ya al final de mi vida ser autoridad”, expresó Susana.
El primer impacto que ella, junto a su grupo de investigación, quiere lograr es que las mujeres empecemos a entendernos mejor entre nosotras. “Debe estar completamente claro que la violencia contra la mujer no solo proviene de los hombres sino también de otras mujeres, lo cual es muy doloroso tener que reconocerlo”, expresó.
Para la Dra. Susana Reisz, la frase “Donde haya alguien de la PUCP, ahí está la universidad” significa que nuestros profesores tienen un nivel de calidad del que podemos enorgullecernos, que la calidad en todo sentido. No es una institución a la que solo le interese la ganancia, justamente no. Le interesa el desarrollo del país. Entonces en ese sentido cada uno de los que hemos sido, somos profesores de la católica somos parte de ese proyecto.
La doctora finaliza compartiéndonos su satisfacción por haber sido y seguir siendo en alguna medida profesora católica. Se siente orgullosa y contenta de la cantidad de estudiantes que ha logrado formar y que hasta el día de hoy la recuerdan.