26 de septiembre de 2017
La semana pasada nos visitó la Dra. Corine Castela, investigadora del Laboratoire de Didactique André Revuz de la Universidad de Rouen, Francia, invitada por la Maestría en Enseñanza de las Matemáticas.
En una primera parte mi propósito era trabajar el marco teórico francés-español que se llama «La teoría antropológica de lo didáctico», la cual se interesa en preguntas muy generales, es decir, no solamente lo didáctico se centra en las matemáticas sino en todas actividades y conocimientos del ser humano. Es así que he llegado a trabajar sobre el tema de “Etnomatemática”, que trata de conocer a los que hacen tejidos en interior del Perú, analizar cuáles son las dimensiones que podemos reconocer como matemáticas, para así incluir o apoyarse en sus propias prácticas y que puedan aprender también de esta forma. Entonces, estamos intentando entender la práctica del tejer peruano en los andes, es algo que no se hace en Francia, ya que no tenemos este contexto, y que es muy importante aquí con la idea de la enseñanza bilingüe y multicultural. Es un lugar ideal para ir en esa dirección. También he realizado 3 conferencias para presentar a los docentes y estudiantes de la Maestría las herramientas de la teoría que utilizo en mis trabajos. También he estado ayudando a los estudiantes con el avance de sus tesis.
La idea es del relativismo de las matemáticas. Voy a tratar de explicarlo desde mi concepción. Existen las matemáticas occidentales que son colonialistas, universales. Pero también hay que ver que existen problemas matemáticos en otros contextos. Y podemos ver cómo estos han podido resolver sus problemas de otras formas que no son los occidentales. Hay problemas que solucionan los sastres regionales en la que no interesa mucho las matemáticas tradicionales. Ello se puede llevar a otras ciencias también, como la química o física. Podemos aprender mucho de ellos ya que, muchas veces, saben más que los mismos científicos, debido a que están en continuo contacto con la naturaleza.
«Podemos aprender mucho de ellos ya que, muchas veces, saben más que los mismos científicos, debido a que están en continuo contacto con la naturaleza»
En Francia tenemos un problema: en la universidad están bajando el número de estudiantes que se dedican en ciencias. Y ello se puede explicar que tenemos una enseñanza con muchas ambiciones, mucho formalismo. Por ejemplo, se pretende a aprender las normas matemáticas desde el 8vo año de escolaridad, que se centra mucho en los errores. El resultado de ello es que Francia obtiene malos resultados en las evaluaciones internacionales porque los estudiantes no se atreven a escribir algo falso. Es algo que estamos intentando cambiar sin que la didáctica francesa sea implicada.
Uno de los principales problemas que tiene mi país es que las reformas que se llevan a cabo no prestan atención a los didácticos. Tenemos muchas investigaciones en el área, pero no se llega a aplicar en los colegios y universidades. Ello se debe a que no logramos cambiar la posición de los matemáticos. Quedan huellas de la Revolución que se decía que para la enseñanza es mejor ser matemáticos que ser didácticos. Entonces no recibimos el apoyo de la mayoría. Otro problema es que tenemos un enfoque muy teórico que no se llega a vulgarizar para alcanzar a los docentes. Ello, sumado a que no existen libros de didáctica, se nos complica más llegar al mundo de los docentes.
Hacer entender las ideas sin necesariamente utilizar los conceptos teóricos, hacerlos más accesibles sin perder toda su fuerza y sustancia. No es inmediato, necesita trabajo, producir textos y recursos. Es un trabajo en que los didácticos y los docentes tienen que trabajar juntos para servir de mediadores. No se trata de bajar de nivel.