22 de agosto de 2014
Hay personas que no mueren, aunque dejen de vivir. Henry Pease es una de esas personas que perviven, porque se ha hecho un sitio en nuestras vidas.Lo tenemos presente por su pensamiento político y su acción, por su papel en el proceso democrático – en las dos transiciones – y sobre todo por su legado universitario, que es la Escuela de Gobierno. Conduciendo los programas de posgrado en Ciencia Política y Gobierno, Henry realizó tres objetivos: primero, formar un centro de posgrado no limitado a la transmisión de conocimientos, sino centrado en la formación de una identidad ética de servicio al bien público y la justicia social; segundo, vincular la docencia a la investigación a través de un cuerpo docente que investiga y organiza el trabajo de los estudiantes para que participen, con sus tesis, en las líneas de investigación; y tercero, lograr que grupos significativos de servidores públicos y actores sociales vengan a las aulas y se conecten con el debate académico. Esta forma de acompañarnos que tiene Henry hoy todavía, en su ausencia, está llena de humildad y justicia, como lo estuvo su vida, porque se limita a los frutos de su trabajo; él no quiso valer más que por el servicio al país y a todos, especialmente a los más necesitados. De esa humildad resultó una vida inspirada y una forma de pensar clarividente que vamos a tener siempre presente.
Ciro Alegría Varona
Decano
Escuela de Posgrado
Pontificia Universidad Católica del Perú