07 de septiembre de 2022

Robots acuáticos para limpieza del mar: Solución que nació después del derrame de petróleo en las playas de Ancón en el año 2022

En el verano del año 2022, las playas de Ancón sufrieron de un terrible derrame de petróleo que afectó tanto la fauna como la flora marina causando graves daños al ecosistema de la zona. Ante esta situación, diferentes organizaciones buscaron soluciones rápidas, una de estas es la startup Tumi Robotics que utilizando tecnologías nuevas, conocidas como oil skimmers, planteó el desarrollo de robots acuáticos que ayudaron a limpiar el mar. Este proyecto empezó con la idea inicial de diseñar un dispositivo para monitorear e inspeccionar el mar a través de la recolección de diferentes datos, pero al ocurrir el desastre de la Pampilla, decidieron adaptar este dispositivo a las nuevas necesidades del país. 

Para esto, conversamos con Francisco Cuellar, CEO de la compañía, miembro del comité directivo y profesor de nuestra Maestría en Control y Automatización PUCP, magíster en Gestión y Política de la Innovación y la Tecnología por la PUCP y magíster en Ingeniería Mecatrónica por la Kings College University of London, para que nos cuente más sobre estas nuevas tecnologías y nos explique de qué trata estos robots acuáticos. 

 

“Le vamos a añadir lo que se conoce como un oil skimmer, que es el elemento que captura al hidrocarburo que está en el mar y los separa del agua de mar.”

¿Cómo funciona este robot acuático para la limpieza de derrames de petróleo? 

Bueno, nosotros planteamos combinar tres tecnologías que ya existen y adaptarlas para que puedan dar la solución al tema de identificación, contención y retiro de hidrocarburos.. La primera es un vehículo no tripulado de superficies marinas USV chica por sus siglas en inglés, que es el resultado de un proyecto financiado por los fondos de pesca agricultura que nos dieron en el 2020 que acabamos de cerrar donde desarrollamos un vehículo, grande, que era no tripulado, eléctrico, el cual puede desplazarse en en el mar. En estos momentos el vehículo es teleoperado, pero estamos finalizando el diseño de la electrónica para que pueda desplazarse de forma autónoma mediante GPS. 

A este proyecto que ya hicimos en el 2020 a 2022 le vamos a añadir lo que se conoce como un oil skimmer, que es el elemento que captura al hidrocarburo que está en el mar y los separa del agua de mar y ese hidrocarburo que hemos separado lo llevamos a un contenedor. Entonces esto oil skimmer, este contenedor, y sus demás componentes lo vamos a montar en el vehículo que ya tenemos y adicionalmente se va a combinar este vehículo marino con un dron aéreo, el cual lleva cámaras RGB, multiespectrales y térmicas para poder identificar dónde se encuentran los hidrocarburos y clasificarlos. Tenemos varias hipótesis acá de que dependiendo de cuánto tiempo haya pasado con el derrame es que podremos clasificar a los hidrocarburos. 

Entonces para combinar estas tres tecnologías, nosotros hemos recibido un financiamiento adicional de los fondos de pesca y agricultura para desarrollar esta tecnología que es una segunda etapa del primer proyecto. Hemos recibido un financiamiento de S/. 620 000 de parte del Estado con una contraparte monetaria que deben colocar la empresa. En este caso Tumi Robotics, que es una startup de tecnología de la Universidad y sus asociadas, el monto que está poniendo la empresa es de S/. 260 000.

 

¿Cómo nació la idea de realizar un robot que tenga estas características?

Nosotros estábamos desarrollando vehículos autónomos y teleoperadoras para que funcionen en el mar, vehículos grandes que puedan llevar instrumentos como sensores de medición de velocidad corriente, estaciones meteorológicas, vehículos submarinos, zonas multiparámetros, etcétera, que era para una caracterización medioambiental del mar. Entonces, cuando sucedió el derrame en Ancón, en verano del 2022, es que nos vino la idea que podríamos usar ese vehículo, acondicionarlo con estos equipos especiales, los oil skimmers que separan al hidrocarburo el del agua de mar. Y revisamos el estado del arte y vimos que era posible, que ya habían algunas propuestas alrededor del mundo, pero que en Latinoamérica, en Perú, por lo menos todavía no había sido implementado. Entonces es así cómo nació esta idea, producto de la necesidad que hubo en ese momento en verano del 2022, la urgencia y de los conocimientos que ya teníamos de cómo desarrollar este tipo de vehículos y saber que lo podemos integrar con otra tecnología que existe.

 

“Como es un proyecto que tiene un impacto social queremos que algunas de las tecnologías sean abiertas.”

 

¿Cuál es el equipo humano que está detrás del robot? ¿Cuáles empresas, asociaciones, etc.?

Tengo como responsabilidad coordinar y ser investigador en el proyecto. En este caso yo represento a la Universidad y también a la startup Tumi Robotics que es la empresa, de base tecnológica que nació en la universidad. Y lo estamos haciendo con ingenieros de la empresa que han sido egresados de la Universidad, tanto de posgrado como de pregrado. Y también de profesores de la especialidad de mecatrónica. 

Como es un proyecto que tiene un impacto social queremos que algunas de las tecnologías sean abiertas, por ejemplo, la de oil skimmer que estamos trayendo, es una tecnología que es relativamente de alto costo, pero que es necesario tenerla acá en Perú para poder responder ante emergencias como lo que pasó con los derrames. Entonces, ese equipo lo estamos poniendo a disposición de alumnos de la especialidad de mecatrónica que justo están llevando su curso de proyecto de diseño mecatrónico para que ellos lo vean, lo dimensionen y en base a estos equipos, ellos hagan una propuesta, por ejemplo, para que puedan llevar los oil skimmers a la selva, donde hay también derrames o reproducirlo incluso para tener más de estos equipos ya que un derrame no es suficiente de controlar con un solo equipo, se necesitan varios oil skimmers, varias maneras de retirar el hidrocarburo del mar desde la costa desde el mar.

Las empresas asociadas en este caso son: Tumi Robotics, el IMARPE -también como especialistas de cuidado medioambiental del mar- y la empresa Sustainable Fishery Trade, que es una empresa que trabaja con pescadores artesanales y nos pueden acercar a la realidad la realidad de ellos y entender cuáles son las necesidades que tienen. Estamos buscando también de oficializar el convenio con la Universidad ya que estamos poniendo estos equipos a disposición de los alumnos para que ellos puedan cumplir con su curso y por ahí de repente sale a una tesis de pregrado tesis posgrado, incluso un un escalamiento de este proyecto en el cual podemos ir asociado con la Universidad para acceder a fondos de CONCYTEC. 

 

¿Este robot de alguna forma alteraría el ecosistema marino presente en nuestro país?

Yo diría que no, estamos teniendo mucho cuidado, encapsular bien todo lo que son baterías electrónicas, así como los materiales que se utilizan como estructura del robot para que no tenga un impacto negativo en el ecosistema marino, es una embarcación más. Incluso que no funciona con combustible, sino es eléctrico, por lo tanto, no tiene emisiones de CO2. Entonces, la idea es que sea un vehículo más, pero que sirva para hacer un monitoreo autónomo recurrente. O, en este caso del robot de retiro de carburos, que pueda tomar una acción en caso de que haya un derrame y puedes retirarlo lo más pronto posible. 

 

¿Cuál es el siguiente paso con este robot?

Bueno, el siguiente paso con este robot, en realidad estamos en el primer paso, es un proyecto de 6 meses muy rápido. Por eso el financiamiento se llama de adaptación tecnológica, no hay que hacer mucha ciencia, más bien, mucha ingeniería. Y tenemos que ejecutar proyectos en 6 meses y estamos finalizando el tercer mes, hemos hecho todas las compras, yo diría que el 80% de ingeniería y ahora queda ensamblarlo, adaptarlo y, en base a la experiencia previa que hemos tenido, probarla en el mar. El siguiente paso será validar esta idea, esta hipótesis que hemos tenido.

 

“Nosotros esperamos que este proyecto, que es un impacto social, más actores se sumen con la intención de poder colaborar.”

 

¿Qué mensaje tendría para aquellos que también deseen contribuir con el país a través de sus conocimientos pero no saben cómo?

Yo les diría que estén atentos a este tipo de retos, oportunidades cuando aparece un problema como lo que ocurrió en el derrame. En este caso hubieron muchas instituciones que querían ayudar, que querían aportar de alguna forma en ese momento. Y, después de eso salieron varios financiamientos orientados a justamente el cuidado marino en caso de un desastre como estos derrames de petróleo. Entonces, hay que estar atentos a las convocatorias del Estado para financiar este tipo de iniciativas. Yo diría que estén atentos a las redes de las universidades, que es donde se habla mucho estas ideas que parecen sueños, pueden parecer descabelladas, pero que al final son dónde justamente salen ideas nuevas que buscan ser aterrizadas con ese tipo de financiamiento. La universidad siempre está generando este tipo de ideas, sería bueno estar al tanto de qué es lo que se está haciendo.

Nosotros esperamos que este proyecto, que es un impacto social, más actores se sumen con la intención de poder colaborar, hacer más robusta la propuesta y que pueda funcionar realmente.

Y como mensaje, estamos buscando empresas que quieran aportar conocimientos o también filántropos que quieran invertir en esta iniciativa, porque si bien el estado nos ha dado un monto inicial para desarrollar el hardware, hay mucho trabajo que hacer en campo, comprar equipos más especializados también para que sea más robusta la propuesta. Y justamente estamos buscando estas partes, para escalar la tecnología más rápido y no esperar un año o dos años a tenerla lista porque recién estamos tratando de conseguir el presupuesto que nos permita tener un producto final, la cosa externa lo más rápido posible para responder ante una posible emergencia de este tipo en el futuro. Nuestro objetivo es contar con la solución.

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